Comisiones Obreras del País Valenciano | 27 abril 2024.

I Congreso Internacional del Cuidado, la Igualdad y la Diversidad

Cuidar a las cuidadoras

    Amparo Madrigal, miembro del Colectivo de Trabajadoras del Hogar afiliadas a Comisiones Obreras, presentó la comunicación 'Cuidar a las cuidadoras', en representación de CCOO de Construcción y Servicios CCOO PV, en el I Congreso Internacional del Cuidado, la Igualdad i la Diversidad, organizado por el Institut d'Estudis de les Dones de la Universitat de València

    31/05/2018.
    Amparo Madrigal presenta la comunicación 'Cuidar a las cuidadoras'

    Amparo Madrigal presenta la comunicación 'Cuidar a las cuidadoras'

    En el debate sobre el derecho humano al cuidado y a cuidar adecuadamente, debe tenerse muy en cuenta la situación de los sectores laborales más vulnerables, como el de las trabajadoras del hogar.

    El sindicato reivindica el derecho de las trabajadoras del hogar a ser cuidadas, como el resto de la ciudadanía, un derecho fundamental que requiere la equiparación de condiciones laborales dignas, en igualdad con el resto de la clase trabajadora, y que los poderes públicos no sólo impulsen, sino que garanticen un acceso real a este derecho al cuidado para toda la ciudadanía.

    El pasado 8 de marzo, como bien sabéis, hubo una movilización sin precedentes. Se convocó huelga. Una huelga que contemplaba cuatro ámbitos; laboral, estudiantil, de consumo y de cuidados. Con esta convocatoria se quiso visibilizar todas las discriminaciones y violencias que sufrimos las mujeres en todos los ámbitos. Respecto al tema que nos ocupa en este Congreso, los cuidados, el 8 de marzo pasado tratamos de visibilizar un ámbito que no es valorado ni reconocido, del que solemos ocuparnos las mujeres, que no suele ser retribuido y que en muchos casos, cuando hay trabajadoras que se ocupan, como lo son las trabajadoras del hogar, lo hacen en condiciones de precariedad.

    Estado de la cuestión

    En definitiva, la movilización feminista del 8 de marzo fue un éxito, y marcó un antes y un después en la historia que las mujeres vamos construyendo día a día. Fue un éxito no sólo porque puso sobre la mesa las desigualdades de género en el mercado de trabajo vividas a diario, sino porque también visibilizó el trabajo de cuidados que sostiene los hogares, trabajo que no entra en la contabilidad nacional. Aunque si entrara,,algunos estudios del CSIC indican que equivaldría al 53% del PIB (Producto Interior Bruto). En este sentido, el debate previo y posterior a la huelga permitió retomar como un elemento esencial del discurso político, el valor y la centralidad del cuidado de la vida de las mujeres y de la ciudadanía en su globalidad.

    La ausencia del debate sobre políticas públicas que garanticen el derecho al cuidado es lo que permite que en la actualidad, la gestión de los mismos se continúe realizando a través de tres modelos que siguen siendo insuficientes e injustamente distribuidos entre la población que los requiere y quien los brinda:

    Asistencial, prestado a la población en situación de riesgo de exclusión social, a aquellas personas con pensiones mínimas que no tienen familiares que se hagan cargo de ellas, gestionado a través de las administraciones locales.

    Familiar, donde los cuidados del hogar y las personas recae mayoritariamente en las mujeres de la familia. Gratuito e invisibilizado, continúa siendo el modelo imperante entre la mayoría de población.

    Externalización del cuidado, al cual acceden las personas que tienen suficiente dinero para pagarlo. Sin embargo, la precarización del mercado laboral y los recortes en derechos sociales conlleva a una precarización aún mayor de las trabajadoras que desempeñan este trabajo que no ha sido asumido por las políticas públicas.

    Los tres modelos son propios de la economía y cultura neoliberal en la que vivimos, en la que la sociedad no valora debidamente el trabajo de las mujeres, y que los poderes públicos lo mantienen regulado en la precariedad.

    Las trabajadoras del hogar tienen una larga trayectoria de lucha sindical, sin embargo la desigualdad sigue siendo patente. En el año 1980 cuando se aprobó el Estatuto de los Trabajadores, no se incluyó al sector del trabajo doméstico. Tuvieron que pasar 26 años para que el empleo del hogar fuera incluido en el RGSS en 2011, pero aún manteniendo la particularidad de estar en un “Sistema especial de empleados de hogar”.

    La semana pasada el Partido Popular introdujo una enmienda en los PGE, que retrasa su plena integración en Régimen General hasta 2024, perjudicando sus jubilaciones futuras y sus prestaciones contributivas. Este retraso también supone una nueva demora en el reconocimiento de la cobertura del desempleo.

    En España hay unas 419 mil personas afiliadas al Sistema Especial de Empleadas de Hogar, pero los reiterados inclumplimientos del Acuerdo de 2011 han contribuido a frenar el afloramiento del empleo sumergido en el sector.

    CCOO reivinda par alas cuidadoras:

    Eliminación del despido por desistimiento; Derecho a la prestación por desempleo; Derecho a la jubilación anticipada; Aplicación de la LPRL; Agilidad en las actuaciones de la Inspección de trabajo; Inclusión en el FOGASA; Derecho al subsidio o protección social a personas mayores de 55 años; Derecho a la negociación colectiva anual (que permita el pago de horas extras, plus por transporte, nocturnidad, etc.)

    Este trabajo de atención a personas con dependencia, que realizan mayoritariamente mujeres, tampoco está debidamente regulado o supervisado. La Ley 39/2006 de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, es muy clara en lo que respecta a la contratación de “Cuidadores no profesionales”, pero no en la protección social de estas trabajadoras, ni en todos los aspectos relacionados con la inspección de la relación laboral entre las partes implicadas.

    Tanto en el sector del empleo del hogar, como el de cuidadoras no profesionales, se constata una incomprensible desvalorización. En ambos casos se requiere de una organización adecuada del trabajo, porque conlleva una carga emocional y física importante, que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades aún no reconocidas como laborales para este sector, lo que impide el acceso a una jubilación anticipada.

    Por todo ello, CCOO reclama la creación de un auténtico derecho al cuidado para toda la ciudadanía, y que gran parte de ese cuidado debería ser prestado por las diferentes Administraciones Públicas. Éstas, además, deben garantizar que los y las trabajadoras que presten estos cuidados, lo hagan con las mismas condiciones de trabajo que el resto de la clase trabajadora, tanto si trabajan para las administraciones públicas como para el sector privado, lo que ayudaría a su reconocimiento y puesta en valor.

    Coautoras de la Comunicación: Amparo Madrigal, Tatiana Sapena, Cristina Ochando, Mª Jesús Antón y Cloti Iborra.