Comisiones Obreras del País Valenciano | 28 octubre 2025.

¿Absentismo?, ¿no serán derechos?

  • Artículo de Antonio Inarejos, secretario de Acción Sindical, Salud Laboral y Sostenibilidad de CCOO PV

Las lluvias de esta semana y la alerta roja por fenómenos adversos han puesto en el centro lo verdaderamente importante. Una salud que cuanto más duras son las condiciones laborales más se resiente. No es casualidad que la clase trabajadora enferme más y viva menos.

01/10/2025.
Antonio Inarejos

Antonio Inarejos

Aun así, patronal y algunos grandes medios de comunicación insisten en que “el absentismo es un problema capital”, “un grave lastre para la competitividad” o en que se da un “incremento masivo”. Un discurso que señala y culpabiliza siempre a la clase trabajadora. Se nos acusa de ausencias deliberadas, como si la baja médica, el permiso o la conciliación fueran un abuso.

La propia RAE lo define como “abstención deliberada de acudir al lugar de la obligación”. Una definición que encierra un prejuicio: que faltar es una decisión caprichosa, cuando no lo es. Las vacaciones, los permisos de maternidad o paternidad, por matrimonio o por duelo no son absentismo, aunque se contabilicen como tal.

Las razones del aumento de ausencias laborales son claras y están bien documentadas. Una sanidad pública debilitada, consultas de primaria saturadas, especialistas con esperas de meses, pruebas diagnósticas retrasadas y cirugías aplazadas. La falta de recursos en el INSS, que retrasa valoraciones y seguimientos. Unas condiciones laborales deterioradas: ritmos inhumanos, jornadas interminables, horas extras sin límites, precariedad, estrés crónico, riesgos psicosociales y enfermedades invisibilizadas. No hablamos de “absentismo”. Hablamos de enfermedad y de derechos.

Titulares llamativos como el de “los valencianos cogen la baja más larga que la media” no se preguntan qué hay detrás de esos datos. La mirada se dirige siempre a la clase trabajadora, nunca al sistema que enferma y agota. La etiqueta “absentismo” cumple una función: justificar recortes, controles médicos abusivos y mayor deshumanización del trabajo. Se oculta lo esencial: trabajar no puede significar enfermar ni morir antes de tiempo. Las ausencias por enfermedad o por derechos reconocidos, no son fraude, son conquistas sindicales. Por eso es urgente reforzar los servicios públicos y de salud laboral. Es vital invertir en prevención de riesgos laborales, garantizar la conciliación y reducir la jornada laboral.

Paradójicamente -o tal vez lógicamente- mejorar la productividad requiere invertir la tendencia y poner la salud por encima del beneficio económico. Asumir que cuidar y ser cuidado no es un privilegio, es un derecho, y debe ser universal. Nadie quiere enfermar ni sufrir un accidente laboral. El verdadero problema no son las personas trabajadoras, sino un modelo productivo que exprime, enferma y mata antes de tiempo, mientras se desmantela lo público en beneficio de lo privado.

Solo si rompemos con esa narrativa tramposa, podremos construir un empleo digno, saludable y sostenible para no perder la salud, trabajar mejor y reducir el “absentismo”.¡