Comisiones Obreras del País Valenciano | 29 marzo 2024.

La estacionalidad y la precariedad, protagonistas del empleo en mayo

    El empleo se recupera a pesar de los discursos catastrofistas de quienes vieron en la subida del SMI una amenaza a la reducción del paro. Sin embargo, el empleo es precario y volátil, la mejor y más urgente política activa de empleo que se puede poner en marcha es retirar las últimas reformas laborales.

    04/06/2019.
    Pancarta manifestación Primero de Mayo

    Pancarta manifestación Primero de Mayo

    Nueva reducción del paro registrado como es habitual en un mes de mayo, lo que apunta al empleo estacional, coyuntural, volátil y precario ligado al sector servicios y a una contratación temporal. El mercado productivo alicantino continúa mostrando su crónica dependencia a la actividad estacional turística que genera mucha actividad en unos meses al año, reduciéndose el resto. Más allá del respiro que supone para muchas personas el logro de un contrato, estos datos no terminan de ser una buena noticia al tratarse de un empleo precario, temporal y de corta duración. Con este tipo de empleo no se puede construir un desarrollo económico sostenible.

    Hay que señalar algún dato más. En comparación con 2007, soportamos, todavía, una subida del paro registrado de 58.614 personas, una cifra que, desde luego, no nos permite hablar de recuperación económica. Por otro lado, aunque es una importante reducción del paro (superior a la del año pasado, pero no a la del anterior), en lo que llevamos de año se ha recortado el paro registrado en 7.693 personas, mientras que en 2018, la reducción hasta mayo alcanzó a 9.849 personas, lo que sigue mostrando la ralentización económica ante la que no observamos políticas activas de empleo eficaces.

    Lo que sí nos permiten estos datos es confirmar lo que ya se venía diciendo por este sindicato: la subida del SMI no ha supuesto el drama para el empleo que anunciaban alguna patronal y alguna entidad pública mostrando su sumisión a intereses espurios o su desconocimiento del funcionamiento de la economía real… o ambas. El empleo sigue mostrando sus problemas crónicos (estacionalidad, temporalidad, precariedad,…) y, desde hace tiempo una ralentización sobre la que el aumento del SMI tendrá un efecto positivo a medio plazo al mejorar el consumo interno.

    Se reduce el paro en todos los sectores, como, también, es habitual en este mes. Destaca la reducción en el sector servicios (-2.845) y en Industria (-529) lo que da un respiro a este sector tras dos meses de caída del empleo industrial. Por sexos, como el mes pasado, como suele ocurrir cuando el empleo que se crea es muy precario, las mujeres presentan una mayor reducción del paro (-2.387), aunque las mujeres siguen suponiendo el 59’83% del total del paro registrado.

    La contratación aumenta (+7.580), más que el mes de abril (+4.495), aunque menos que en mayo de 2018 (+9.877). Como es habitual, domina la contratación temporal que supone el 90’2% del total de la contratación celebrada en mayo pasado. Esta evolución se refleja en los datos de afiliación a la Seguridad Social que aumenta en 7.768 afiliaciones de media, una cifra inferior a la registrada en abril de este año (+10.006) y a la de mayo de 2018 (+9.195). Este dato nos señala que, aunque la evolución es positiva, el número de personas afiliadas y el tiempo que permanecen afiliadas se reduce, lo que es compatible con la idea de la ralentización económica y con la cronificación de la contratación de corta duración y la rotación de contratos.

    Hay que seguir insistiendo en el agotamiento de las medidas tomadas en las últimas reformas laborales, medidas que, como se anunció en su momento, sólo han servido para precarizar el empleo, empobrecer los derechos de trabajadoras y trabajadores con el fin de, además de abaratar el despido y reducir costes salariales, maquillar la estadística del paro y que el mal empleo sustituya al empleo de más calidad anterior a la crisis. Pero esos efectos, perversos y fruto de una mala política social y económica, ya han tocado fondo. Ya toca recuperar los derechos perdidos, combatir la desigualdad y la pobreza y fortalecer un mercado laboral de calidad que mejore el consumo interno y, así, facilite la verdadera recuperación económica. Retrasar la corrección de las reformas laborales sólo va a seguir generando más injusticia y más sufrimiento a la clase trabajadora.