Comisiones Obreras del País Valenciano | 19 abril 2024.

Las alicantinas perdemos empleo

    La jornada de lucha del próximo 8 de Marzo (huelgas, movilizaciones, protestas,…) es necesaria para seguir visibilizando esta injusticia estructural que es la manifestación de la violencia de género en el empleo: Las mujeres tienen menos empleo y de peor calidad, precariedad, economía sumergida... y, como este febrero, la actividad económica creciendo y el empleo, sobre todo de mujeres, sin notarlo.

    04/03/2019.
    Piquete Huelga 8M18

    Piquete Huelga 8M18

    Febrero termina con el peor dato de empleo desde 2013. Un descenso muy leve (-449 personas inscritas) que, además sólo ha beneficiado a los hombres (-557 hombres inscritos), mientras que a las mujeres les ha supuesto un nuevo aumento del paro. Desde que empezó el año, el número de mujeres en situación de paro ha aumentado en 2.905 personas. Por otro lado, hace pocas fechas nos encontrábamos con que HOSBEC ofrecía una evolución de la ocupación hotelera en Benidorm que suponía el mejor dato en la primera quincena de febrero desde 2002. Es importante comparar la evolución del negocio turístico con los datos que ofrece la evolución del paro. Más ocupación hotelera no implica ni más ni mejor empleo. Esa mejora de la actividad productiva tan solo se refleja en el dato de afiliación a la Seguridad Social (+4.485) y que, vista la disminución de la contratación y la pobre reducción del paro, nos hace pensar que, una vez más, la mejora de la actividad productiva se ha solventado alargando la duración de los contratos temporales (de ahí el aumento de la media de afiliación) y, seguramente, recurriendo a la patológica economía sumergida de esta provincia. En resumen, más actividad económica es más precariedad, peores condiciones de trabajo, más explotación, más siniestralidad.

    A un más largo plazo, la valoración sigue siendo negativa: desde 2007, el aumento del paro en esta provincia se sitúa en 66.052 personas. La acción política en empleo sigue mostrándose fracasada, incapaz de recuperar cantidad y calidad del empleo. Además, sigue sin aparecer el necesario cambio de modelo productivo.

    Por sexos, la evolución es significativa: los hombres recortan su paro, mientras que el número de mujeres inscritas en las listas del desempleo sube. La brecha de las mujeres en el empleo se manifiesta en una peor cantidad y calidad del trabajo, esa situación supone más precariedad y más pobreza. En febrero, el reparto del desempleo por sexos es injusto, casi 6 de cada diez personas en paro en Alicante son mujeres (el 59’4%).

    Por sectores, se reduce el número de personas en paro en todos los sectores productivos (sube en el colectivo sin empleo anterior). La reducción más destacada, o menos baja, es en el sector mayoritario, los servicios, donde el buen tiempo ha favorecido que la ocupación hotelera se mantenga. Una mayor actividad que, como decíamos, no ha supuesto ni más ni mejor empleo. Una vez más, el personal de servicios vuelve soportar el aumento de la carga de trabajo y vuelve a empeorar sus condiciones de trabajo para sostener los cada día mayores beneficios de un sector que hace caja atendiendo al turismo y reduciendo derechos laborales.

    La contratación cae como corresponde a un mes en el que la actividad, salvo la excepción de la coincidencia del buen tiempo para el turismo, se reduce notablemente. La estructura productiva de Alicante no se modifica: la estacionalidad marca la actividad sin que se llegue a romper la dependencia del sector servicios. La contratación indefinida se sitúa en el 12’6%, no tanto porque se esté rompiendo el uso abusivo de la temporalidad, sino porque ésta ha sufrido la mayor parte (91’1%) de la caída de la contratación en este mes.

    Menos empleo y de peor calidad para las mujeres. Este es uno de los males estructurales, endémicos del mercado laboral alicantino. Es más precario, las mujeres son mayoría en sectores donde la economía sumergida es mayor (aparadoras, servicio doméstico, abuso de jornadas en hostelería…). La jornada de lucha del próximo 8 de Marzo (huelgas, movilizaciones, protestas,…) es necesaria para seguir visibilizando esta injusticia estructural que es la manifestación de la violencia de género en el empleo. Es especialmente necesario insistir en que esta discriminación de las mujeres en mercado de trabajo es estructural y que la sufren por el hecho de ser mujer, es decir, ser mujer es un hándicap a la hora de ingresar en el empleo, de mantenerlo, de acceder a formación, de beneficiarse de mejoras en prevención de riesgos,… es, además, el hecho de ser mujer, definitorio en el modelo de contrato y de despido, en el salario, en los ascensos… Por eso se llama violencia de género, y quien la niegue está mostrando una prepotencia machista que es, claramente, inconstitucional.