Comisiones Obreras del País Valenciano | 20 abril 2024.

No hay recuperación real para el empleo en Alicante

    El pasado año sólo los hombres mejoran su estadística de empleo y el sector industrial siguió destruyendo empleo. Es insostenible un mercado productivo que cuando se ralentiza destruye empleo de calidad, se ceba en la precariedad, caso de las mujeres, y consolida un modelo de monocultivo de los servicios. Es necesario continuar la movilización para recuperar los derechos arrebatados.

    29/01/2019.
    Concentración sindical frente a la Subdelegación del Gobierno en Alicante

    Concentración sindical frente a la Subdelegación del Gobierno en Alicante

    El año 2018 cierra con un último trimestre muy negativo para el empleo: en tres meses se pierden 20.900 personas ocupadas, con un crecimiento del desempleo de 1.400 personas. Una evolución similar a la del año pasado: menos ocupación y más paro. La diferencia entre ambas cifras se explican por el importante aumento de la población inactiva, en el 4º trimestre de 2018 la cifra del paro no refleja la pérdida de empleo que se ha producido por la importante salida de personas hacia la estadística de inactividad. Una vez más, esta categoría esconde población sin empleo y disponible para trabajar que se utiliza para maquillar las cifras de paro.

    Este mal trimestre pone fin a un año que sigue mostrando la ralentización de la llamada “recuperación económica”. El año pasado subió la ocupación en 3.300 personas, aunque sólo benefició a los hombres (+7.600) ya que las mujeres perdieron 4.300 ocupadas. También la cifra del paro parece mejorar en cómputo anual (-24.400) y lo hace, básicamente, porque las mujeres, a pesar de perder empleo, reducen su paro en, nada menos que 19.200 personas que no es que hayan encontrado trabajo, en realidad, han pasado a contar estadísticamente en el grupo de inactividad, que en su sexo aumenta en 28.400 personas. Es decir, la cifra de paro anual (-24.400) no tiene una lectura positiva, al contrario, el paro baja no por el aumento del empleo (que sólo mejora en 3.300 personas) sino por el juego estadístico de contabilizar personas en paro como inactivas.

    Denunciamos la invisibilización del desempleo de las mujeres que, no sólo sufren una fuerte discriminación en la cantidad y calidad del empleo, y en protección social si no que, además, por su extrema precariedad, por la ausencia de expectativas de reincorporación laboral, por el desánimo, por la falta de políticas reales de orientación y formación públicas y por la ralentización económica, acaban, incluso, desapareciendo de las estadísticas de desempleo.

    Respecto a la ocupación por sectores, hay que señalar la pérdida de personas ocupadas en el sector servicios en el cuarto trimestre (-27.900). Una caída del empleo ligada a la estacionalidad de la actividad principal de la provincia: el turismo; una actividad marcada por el empleo coyuntural, volátil y en condiciones muy precarias (incumplimiento de la normativa laboral, economía sumergida, precariedad, externalizaciones,…). En cómputo anual, a pesar del mal comportamiento del último trimestre, hay una recuperación del empleo (+3.300) que no es más por la importante caída del sector industrial (-16.700). Es muy preocupante la destrucción de empleo industrial ya que el necesario cambio de modelo productivo para esta provincia pasa por romper el monocultivo del sector servicios, lo que se está muy lejos de cumplir.

    Más allá del espejismo estadístico respecto al desempleo, tenemos que seguir señalando que el mercado laboral de Alicante mantiene sus grandes problemas: monocultivo de servicios, discriminación de la mujer, estacionalidad, precariedad, economía sumergida,… a lo que hay que unir el perenne fracaso de las políticas activas de empleo que están muy lejos de conseguir poner en marcha un modelo productivo sostenible basado en el empleo de calidad.

    Estos datos consolidan la ralentización de la recuperación económica, muestran que buena parte de los resultados positivos de las cuentas de resultados de las empresas se debe a la destrucción del empleo de calidad y su sustitución por precariedad. Por eso es necesario seguir insistiendo en la importancia de la contrarreforma laboral, de restituir los derechos arrebatados, de recuperar capacidad económica a trabajadores y trabajadoras cada día más empobrecidas. Es fundamental, el aumento de los salarios para la recuperación del mercado interno (lo que repercutirá en más empleo) y seguir atacando la economía sumergida que esconde buena parte del empleo y de la riqueza provincial.

    Los sindicatos vamos a seguir movilizados para exigir que se revierta una reforma laboral que sólo ha conseguido más pobreza laboral.