Comisiones Obreras del País Valenciano | 19 abril 2024.

La reducción del paro registrado se ralentiza

    El empleo que aparece sigue siendo coyuntural, volátil y precario, marcado por la estacionalidad turística. Los datos de precariedad señalan al fracaso de las políticas activas de empleo y al brutal impacto de la reforma laboral de 2012 en la calidad del empleo.

    04/05/2018.
    Manifestación 1º de Mayo 2018

    Manifestación 1º de Mayo 2018

    Ni la precariedad laboral puede disimular la ralentización de la creación de empleo. En los cuatro primeros meses del año pasado, las cifras del paro registrado se redujeron en 8.069 personas, mientras que en lo que llevamos de 2018, la reducción del desempleo se ha situado en 6.054. Las medidas incluidas en las últimas reformas laborales para maquillar las cifras del paro registrado (parcialidad, abaratamiento del despido, reducción de derechos, precariedad,…) junto a los males tradicionales del mercado laboral alicantino (economía sumergida, abuso de la temporalidad, rotación de contratos, estacionalidad productiva,…) muestran un sistema productivo poco dinámico, parado, que se limita a repetirse a sí mismo y que ha aprendido a obtener beneficios abaratando derechos laborales más que con una opción clara por la innovación y la calidad. Los ya viejos discursos de aprovechar la crisis para implantar un nuevo modelo productivo son un fracaso más en la política de empleo del gobierno Rajoy.

    Otro mes en el que se repiten los mismos esquemas de los mercados productivo y laboral de Alicante: aumento del empleo, aunque sea precario, por la estacionalidad productiva, predominio del sector servicios (-1.959) en la reducción del paro, dominio de la contratación temporal (88’7%), más reducción del paro registrado en hombres que en mujeres (seis de cada diez personas en la reducción del paro son hombres),… A lo que podríamos añadir lo que suele acompañar a estas cifras: economía sumergida, rotación de contratos, fraude en la contratación,… Más de lo mismo. Esta situación implica, además de que se observa con claridad meridiana el brutal impacto de la reforma laboral del 2012 (y de las anteriores) en la cantidad y en la calidad del empleo, el fracaso sin matices de las políticas de empleo que dicen fomentar el empleo de calidad en sectores basados en la innovación y en las nuevas tecnologías. Al final, las políticas de empleo se limitan a subvencionar o bonificar contratación precaria, por lo que las ayudas públicas sólo sirven para desviar dinero público al sostenimiento de empresas (además de debilitar la hucha de las pensiones).

    Esta evolución del empleo, especialmente en el sector turístico, se realiza en un marco económico de mejora de las cifras macroeconómicas y de aumento de los beneficios de forma considerable en sectores estratégicos como el turístico. Peor empleo supone más beneficios patronales… Llevamos meses observando el aumento de la rentabilidad del negocio hotelero que crece mes tras mes con cifras de dos dígitos mientras el empleo se estanca o, si crece, lo hace también la sobreexplotación.

    Con datos hasta marzo, podemos observar la calidad del empleo que aparece a la sombra de la estacionalidad turística (o agrícola) y de una reforma laboral empobrecedora. En los tres primeros meses del año tan sólo el 51’24% de los contratos indefinidos han sido a tiempo completo (poco más de la mitad), mientras que en los temporales, la parcialidad se ha situado en el 41’65%. Por otro lado, considerando los contratos que indican su duración, en el grupo de tiempo completo, el 35’6% tienen una duración igual o inferior a una semana, mientras que en los que son a tiempo parcial el 34’7% tienen esa duración. Algo más de uno de cada tres contratos que indican su duración han sido, en los tres primeros meses de este año, de muy corta duración (inferior a 7 días). Este es el modelo de empleo, y de pobreza, que imponen medidas como la reforma laboral y la constante negativa a aumentar los salarios.

    En relación a la protección social, hay que señalar que hay, en marzo, 74.073 personas percibiendo alguna prestación o subsidio por desempleo, lo que comparado con el dato de paro de la EPA del primer trimestre muestra que apenas el 45’3% de las personas sin trabajo cobran algún tipo de prestación. Teniendo en cuenta que la cifra de la EPA (más ajustada a la realidad que la del paro registrado que se limita al inscrito en las oficinas de empleo) tampoco recoge a la totalidad de las personas disponibles para trabajar sin empleo, ese porcentaje de cobertura será, en realidad, bastante menor.

    Esta situación justifica el llamamiento que este sindicato ha repetido durante el pasado 1º de Mayo: si no hay aumento significativo de salarios, el conflicto irá en aumento. La importante movilización social que se viene registrando en los últimos meses (8 de mazo, pensiones, 1º de mayo…) muestran la disposición de la clase trabajadora a seguir exigiendo empleo de calidad e igualitario y salarios dignos para acabar con la pobreza y para fortalecer las pensiones.